La semana pasada, con la liberación de iOS 17.4, Apple dio un paso clave en su adaptación a la Ley de Mercados Digitales de la Unión Europea
La semana pasada, con la liberación de iOS 17.4, Apple dio un paso clave en su adaptación a la Ley de Mercados Digitales de la Unión Europea, un nuevo marco legal que, en lo referido a los de Cupertino, cambia sustancialmente las reglas de juego para el conjunto formado por iOS, la App Store y Safari, es decir, para tres elementos nucleares del ecosistema del iPhone, que hasta ahora conformaban lo que la tecnológica identificaba como un jardín vallado, es decir, un entorno confortable y hermoso férreamente protegido de las amenazas del exterior.
Esta adaptación no ha sido un proceso sencillo, y las limitaciones impuestas para poder «entrar al jardín» han soliviantado a buena parte de las desarrolladoras y prestadoras de servicios que tenían previsto hacer uso de las nuevas medidas impuestas por la UE para garantizar la libre competencia. Esto, sumado a algunas decisiones difíciles de justificar y de las que la compañía ha tenido que retractarse, como el anuncio en febrero de la eliminación del soporte para las WPA, algo a lo que tuvo que dar marcha atrás a principios de este mes, después de que trascendiera que la CE estaba preparando una investigación, o el bloqueo, con la posterior retractación, de la cuenta de desarrollador de Epic Games, han ocasionado que las políticas de Apple con respecto a la DMA hayan sido puestas en tela de juicio.
En Cupertino parecen ser bastante conscientes de ello, y de que la Unión Europea no parece dispuesta a actuar con laxitud en lo referido a la protección de la competencia, algo que ya pudimos constatar hace tan solo unos días, con la histórica sanción impuesta a la compañía por el conflicto que ha mantenido con Spotify desde hace ya algunos años. Y aunque la Unión Europea no es el principal mercado de Apple, sí que tiene el peso suficiente como para que deban plantearse adoptar medidas para calmar las aguas.
En este sentido, y como podemos leer en su sitio web específico para desarrolladores, Apple permitirá la descarga de apps a iOS directamente desde las páginas web de los desarrolladores. Eso sí, y esto es muy importante, no hablamos de que quien lo desee pueda subir un binario a su web y éste pueda ser descargado e instalado desde un iPhone. Para poder ofrecer las apps mediante esta nueva vía, los desarrolladores previamente tendrán que haber aceptado las condiciones marcadas por Apple, que son las que ya conocemos y que no han terminado de gustar a la industria. Solo la aceptación de estas normas proporcionará acceso a la API específica para este fin, que además también permitirá que estas apps se integran con las funcionalidades del sistema, lo que se traducirá en que se incluirán en las funciones de copias de seguridad, restauración de las apps del usuario y otras. Dicho de otra manera, se integrarán de manera similar a cómo lo hacen al descargarse de la App Store.
Con este movimiento, los desarrolladores podrán prescindir de la App Store, sí, pero también de las tiendas de terceros que están por llegar, y que apuntan a tener que competir entre ellas para atraer a desarrolladores para llenar sus anaqueles digitales. Dicho de otra manera, Apple se apunta, al tiempo, una medida que debería ser acogida positivamente por desarrolladoras, reguladores y usuarios, y que al tiempo se lo pone un poco más difícil a quienes se estén planteando, a día de hoy, intentar competir con la App Store.
Escrito por David Salces.